sábado, 13 de marzo de 2010

Los pasadizos secretos




















Todos sabemos que en tiempos remotos en las aldeas o ciudades importantes eran construidos grandes pasadizos que comunicaban lugares estratégicos importantes. Dicen que se podían recorrer kilómetros y kilómetros a través de estos y que se creaban para poder ocultarse o escapar en caso de asedio o para realizar actividades que en aquellos tiempos no eran aprobadas moralmente. Algunos historiadores aseguran que del Castillo de Calatrava la Nueva salía un pasadizo que llegaba hasta tierras andaluzas, concretamente a la ciudad de Córdoba, pero también se han encontrado en otros lugares y localidades como Bolaños de Calatrava y Almagro a los que se ha llegado por accidente y en la mayoría de ocasiones al realizar excavaciones para mejorar infraestructuras. Se cuenta que Almagro es uno de esos lugares que está recorrido por miles de estos pasadizos, algunos incluso aseguran que en casi toda su totalidad está “hueco”. Recordemos que hace dos décadas, al realizar unas obras en la plaza mayor se descubrió que estaba surcada por pasos subterráneos que comunicaban con instituciones religiosas y en los que se llegaron a encontrar restos humanos. Pero no hace mucho también se hallaron unos pasadizos en el lugar donde está situada la Plaza de Toros. La presura con la que se realizan estas obras deja poco lugar a la investigación para averiguar que ocultan estos pasadizos y puesto que se vuelven a cubrir con la misma soltura con la que fueron descubiertos siempre nos quedará esa incógnita como un enigma sin resolver que dota de magia cualquier lugar

miércoles, 20 de enero de 2010

Calle de las Ánimas, Almagro

Se dice que en tiempos remotos, cuando caía la noche, esta calle era transitada por espectros que corrían de un lado a otro pronunciando lamentos y arrastrando gruesas cadenas, símbolo de su condena. Pero más tarde se averiguó que estos espectros no eran tales sino que se trataba de hombres que ataviados con sábanas blancas para evitar que se les reconociese acudían a una casa de citas situada en esta calle.
La historia da otra versión al hecho de que esta calle reciba este nombre y es que en ella existía, en el actual pradillo, un hospital llamado de las ánimas, edificio abandonado y posteriormente derruido por los condes de Valdeparaíso quienes al trasladarse y remodelar el palacio deciden derribar el antiguo hospital y construir en su lugar una plazoleta para dotarlo de mejores vistas.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Leyendas del Castillo de Doña Berenguela



El Castillo de Doña Berenguela fué construido en la Edad Media entre los siglos XII y XIII . Dos son las leyendas que de él se cuentan, la primera gira en torno a la reina que da nombre a esta fortaleza y es que cuentan que en uno de sus aposentos dio a luz a su primogénito Fernando III El Santo, es por lo que se conserva en una de sus paredes lo que parece ser la huella ensangrentada de una mano. Hay estudios que desmitifican esta hecho pues afirman que Doña Berenguela nunca estuvo allí.
Existe otra leyenda en torno a esta fortaleza que asegura que este se encuentra surcado de pasadizos secretos con innumerables tesoros que comunicaban con la Sierra del Pardillo y con el Convento de los dominicos de Almagro y que permitían escapar de él en caso de asedio. Ninguno de estos tesoros ha sido encontrado pero sí en los años cuarenta un grupo de estudiantes apoyados en esta leyenda encontraron un pasadizo desde el pozo de la nieve en dirección al Castillo y pudieron recorrer unos cuantos metros.



Calle de la Muerte, Bolaños de Calatrava
Cuenta la leyenda que, no hace mucho tiempo, la Parca vino a acomodarse en una casita de esta calle y se quedó a vivir durante un tiempo, momento a partir del cual los vecinos de esta vía iban muriendo uno a uno por causas desconocidas. Pero existen datos que aclaran mejor el apelativo que recibe esta calle y es que en los años veinte una familia que vivía en esta contrajo cólera y fue contagiando a sus vecinos hasta morir casi todos por esta enfermedad, lo que se une al hecho de que hace años todos los difuntos en su recorrido eran conducidos por esta calle hasta el cementerio de ahí que se fuese más conocida como Calle de la Muerte

sábado, 24 de octubre de 2009

La Venerable




La Venerable, nombre con el que se refieren las crónicas a la monja dominicana de clausura cuyo cuerpo permanece incorrupto en el coro de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación: Sor Maria Maldonado Suárez y Zayas de San Vicente. Sor María nace en el seno de una ilustre familia que tenía una propiedad o vivía en la plaza mayor de Almagro, según nos informó la madre superiora del convento, Sor Josefina. En 1738 ingresa en el convento y tras cinco años de postulante el 8 de febrero de 1743 viste el hábito.
Su biografía, escrita en 1797 por el presbítero Don Francisco Maldonado, cuenta que las personas que la rodeaban observaban en ella una devoción hacia su Dios inconmensurable y que se dedicaba a las ocupaciones religiosas, trabajos de limpieza y oraciones, sin queja, aún después de estar enferma. Para mortificar su cuerpo llevaba bajo su vestido cuatro cilicios y una cadena de hierro que apretaba su cintura. Su celda era sobria, con muebles y esteras viejas. Vivía en la más absoluta austeridad siguiendo hasta el extremo las obligaciones de su orden, tal es el caso que nunca dejó que curase o viese un médico la llaga que tenía en su pierna por renuncia a que tocasen su carne.
Oradora incansable pedía a su Dios por todos los que se acercaban a ella en busca de ayuda, sintiéndose culpable por todos los males que a su alrededor acaecían, tal es así, que cuenta su biografía que el 8 de septiembre de 1793 cayó una lluvia de piedras en Almagro y al día siguiente La Venerable no cesó de orar pidiendo perdón a un Dios que creyó le había mandado ese castigo por su maldad.

Conocida en el pueblo a ella acudían hombres y mujeres para encomendarse a su fe con la esperanza de que eso les daría solución a sus problemas, de lo que existen testimonios como el caso de una mujer a la que los médicos le habían afirmado que moriría en un corto plazo de tiempo, la cual acude y se encomienda a la monja que sin descanso media y reza por ella con lo que consigue sanarse.

Su enfermedad, le obligó a permanecer postrada en su cama los últimos años de su vida, pasando un auténtico calvario entre dolores, vómitos y desmayos, aunque hay quien la tenía por fingimiento. Cuentan que en esta agonía veía a Jesucristo despidiendo luz por sus cinco llagas, en otra ocasión fue María la que apareció próxima a su cama sobre una nube y acompañada de su hijo y de Santo Domingo. También fue vista elevada de su cama varias veces.

El 6 de enero de 1796 el médico que la visita prevé que su muerte llegaría pronto y la dispone para ello pero todavía tuvo que sufrir su agonía tres meses más. Sor María muere a las diez de la mañana del 13 de abril de ese mismo año. Su muerte irá acompañada de una serie de hechos inexplicables que la han hecho como su apodo indica, digna de veneración y respeto.

Afirman que el día de su muerte se extiende una fragancia por todo el convento, incluso más allá de sus muros por todo el pueblo y cuando las hermanas sacan el cuerpo de la cama y lo depositan en el suelo para amortajarlo este extiende sus brazos para ayudar a la labor y después los lleva cruzados a su pecho debajo de su escapulario. El entierro tuvo que retrasarse por el gran número de personas que acudían a despedirse de ella y en este contratiempo se dieron cuenta de que su cuerpo, que se esperaba se corrompiese antes de lo previsto puesto que estaba cubierto de llagas, para sorpresa de todos vieron que permanecía intacto y seguía desprendiendo un buen aroma y sangre viva por una de sus llagas. A los 7 días los médicos vuelven a hacer un reconocimiento de su cuerpo y atestiguan que no ha sufrido ninguna alteración. Se sabe que fue enterrada y trascurrieron varios años hasta que abrieron la caja y volvieron a sorprenderse por su estado de conservación decidiendo situarla en el coro de la Iglesia.

Según las internas del convento que si la han visto, incluso se encargan de cambiar sus vestidos, el cuerpo no permanece totalmente incorrupto, no se conserva su carne, tan solo piel y huesos, pero aún así hay que reconocer que se trata de un caso extraordinario puesto han pasado 213 años desde su muerte.

Estamos seguros de que un científico o experto en química daría una buena explicación de porque su cuerpo se ha mantenido incorrupto sin necesidad de bálsamos, pues en la actualidad a todo intentamos dar una explicación científica, es posible que muy acertada en algunos casos, pero con la que se pierde la magia y dejamos de sentir esa mezcla de miedo y entusiasmo ante hechos enigmáticos.